Riazor estaba enloquecido, la Liga estaba al alcance del Deportivo, pero Donato, el especialista, había sido sustituido minutos antes. Así que el serbio era el encargado de meter al Deportivo en la historia de la Liga. Lo tuvo Djukic, que esa misma temporada y en las anteriores había tirado ya alguna pena máxima, con éxito dispar. Lo que vino después sobró.