Sin embargo, el equipo es particular en absolutamente todo y por eso, en vez de dejarse querer por magnates o ceder a la tentación de millonarios patrocinios, elegiría la fidelidad. La Regla 4 del fútbol, la que se refiere al equipamiento de los jugadores, es clara al respecto: «Aquel jugador que pierda accidentalmente el calzado o una espinillera deberá volver a colocársela lo más pronto posible, como muy tarde la próxima vez que el balón deje de estar en juego. Si antes de volver a calzarse o de colocarse de nuevo la espinillera, el jugador jugara el balón o marcara un gol, el gol será válido».