Acabar comprando los dos tipos de botones es una costumbre muy aragonesa (permítanme este dicho si me leen en el resto de España: «Mejor comer dos veces que dar explicaciones«). Habría que escribir una novela. Pero no hay nada más auténtico que acompañar a un locutor que en una emisora de radio pelea contra las distintas cadenas nacionales y regionales o con las fiestas públicas y privadas, preparando una programación especial para después de las campanadas.